El Alcalde tiene su guión, que aunque algunos se apresuran a adversarle a destiempo desnundando su poca resistencia en la conjugación de pólitica y poder, nadie sabe si este siente, piensa o concluye, que una cosa era con guitarra y otra con violín, que tendría de principales adversarios a los de su propio nuevo partido y que no es lo mismo ser diputado donde la silla no conlleva poder monetario a ser el administrador de presupuestos millonarios e intereses demasiado grandes para poder colocar su pensamiento bohemio de quien intenta mejorar al mundo a la realidad humana del dame lo mio.
Llega a la alcaldía y encuentra un no encontrar algo organizado, lo que se pudo perder se perdió en el camino, historia de nada, nómina mixta multipartidista, en pandemia, con un prematuro consumo del presupuesto, una deuda abultada y aún así ha tenido que arrancar aun con los Los Outs necesarios que hasta el ridículo le han hecho pasar pero que se nota remonta poco a poco, en una mejora del pobrísimo desempeño de la comunicación institucional y su propia mutación de Manuel a Alcalde que le sercena el tiempo de llamar a sus amigos, ir a tomar los necesarios cafés en patios y galerías ante el asombro de casi todos los que caminaron junto a él tantos kilómetros en la conquista del podium del 4to piso construido con la visión del rey de antaño.
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El alcalde hace rato debió tomarse el tiempo de llamar a los que necesita llamar, los que ya no pueden comunicarse con él porque hay alguien en el medio mientras que en campaña devolvía al menos él mismo, trabajar quien sabe un poco menos y ser Manuel de vez en cuando porque está claro que por más que trabeje el tiempo no alcalnzará, la ciudad tiene una deuda social y de infraestructura acumulada que no se arregla ni con voluntad política y al final la que prima es la parte humana pues es claro que hay que luchar pero nunca será suficiente para que te suban al olimpo, entre juicios verdaderos y otros ingratos que colman la especie humana. Se hace lo que se pueda, sin perder la ternura y sin perderse a si mismo.
Poco a poco se van haciendo cosas, se van rescatando espacios en medio de un clima de corrupción enquistado incluso en actuales funcionarios que se resisten a la no existencia de búsqueda, regidores que creían mandarían más allá de la frontera del ejecutivo y del legislativo, de anillos que no siempre han podido entender que el alejamiento del personaje llegado de sus bases que le subieron es fatal para cualquier funcionario y debe ser rescatado.
El tema de la basura maltrata al actual alcalde sin que tenga soluciones a corto plazo ni ganas de comunicar las intríngulis del caso que afecta a todo el municipio, convenientemente, en medio de calles que se agrietan como las del país entero por un mes de continuas lluvias pero que al munícipe interesan las de aquí y encuentran comunicación = 0.
Por otro lado, los medios llamados «de alcalce nacional», que engordaron sus arcas con el presupuesto municipal comienzan sus azotes acostumbrados (cuando no ven «grasa») desde el otro lado del rio mientras que otros, amigos, también del otro lado del puente, llevados por el tsunami de críticas casi todas de empeños económicos amen de los fallos reales, se suman como focas a la descalificación injusta en un gran porcentaje.
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El actual alcalde, otrora Manuel, sabe o quien sabe si lo sabe, que el regreso siempre es posible, que la media se controla, que la mala percepción se cambia pero esta vez, como dijera un dia, no bastará tiempo y trabajo pues ahora se trata de complejos entramados socio-políticos en un terreno demasiado grande y mucho más complejo de lo que él mismo puede controlar.
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En todo un contexto dificil, sin dinero, se firman acuerdos millonarios que cambiarán para siempre Santo Domingo Este, como la de un eventual stadium y una Universidad Autónoma en suelo municipal, junto a otro cúmulo de acuerdos internacionales que prometen inversión aunque con los malos tiempos que se corren, del dicho al hecho…
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No obstante, los excesos de eventos de formas de acuerdos que ni comienzan, dizque seguridad, protección de la mujer, en lo vial y otros que se firman casi todos en aire acondicionado con las personas inadecuadas, hasta que no se materialicen en cambios que se vean, como el saneamito del cementerio o la limpieza increible de la canaleta en la Avenida los Palmeros (Marginal de las Americas), no sirven de mucho.
Poco servirán los planes si no se sabe comunicar en un vasto territorio dormitorio y si el Alcalde no regresa a ser Manuel, a tener los vínculos necesarios sin tanta «comitiva acompañante», más fresco, menos funcionario y, mientras llega incluso el necesitado saneamiento de su gabinete donde raros ejemplos parecen tener puesta la reversa y con ello frenado su desempeño, mientras se espera a ver como resuelve el tema de la basura entre tanto cabildeo por los millones que representa el lobbie de esos contratos, se espera que al menos comience el reordenamiento de las calles en algunos sectores como Los Mina, frente al crecimiento exponencial del parque vehicular en esta zona.
El sanamiento de su tren en medio de vestigios de corrupción no comprobados pero que deben ser inteligentemente aclarados, junto a miembros de su gabinete que están jugando a escondidas a implosionar temprano la gestión, junto a la pasividad del incumbente en la toma de decisiones esperando justo en el momento que hay que hacerlas aun entendibles desesperan a la población que, poco informada, espera cambios, saber de ellos a la mayor brevedad y esto, no admite más demoras.
